Terminada la segunda guerra mundial y ante una Italia devastada, Elio y Mario Catinari parten de su Civitanova Marche natal hacia una América que generosamente les abre las puertas a un nuevo emprendimiento. Con toda energía comienzan a insertarse en la industria de Argentina, hasta que en mayo de 1955, los hermanos Elio y Mario Catinari cumplen con uno de sus mas anhelados objetivos: fundar la fábrica de motores eléctricos Mayerling.

Nuestro Porque
Ese emprendimiento artesanal, con el transcurso de los años, y acompañado por mucho esfuerzo, se fue perfeccionando y profesionalizando hasta consolidarse, produciendo una línea de motores eléctricos que implantó en el mercado un slogan que lo acompaña hasta el presente: “Calidad hecha potencia” .
Progreso
A partir de 1994, los cambios tecnológicos y de conducción lograron que la fina artesanía desarrollada en la construcción de motores eléctricos, se convirtiera en una producción altamente tecnificada capaz de cumplir en exceso las normas más exigentes.
Trayectoría
Sumando a la experiencia de Elio y Mario, la propia, adquirida en empresas europeas, Luis Catinari (el hijo de Elio) al tomar la conducción de Mayerling le dio el impulso necesario para adecuarse a las nuevas y crecientes exigencias del mercado.
Crecimiento
Esto le permitió captar el 30% del mercado argentino, estableciendo a Mayerling como una marca referente en el ámbito de los motores eléctricos de usos específicos: bombeadores y bombas de agua, máquinas hormigoneras, molinos de café y máquinas para gastronomía, sierras circulares, cortadoras de cerámica, etc.